Voy recorriendo a nado todos mis recuerdos,
no soy capaz de abarcarlos en tierra seca.
Si me río de mi misma a veces es por el sencillo hecho
de que aun me sigo encontrando en el espejo los signos de la desolación,
pero mi ser se ilumina al paso de la belleza,
la bondad y esta vuelta a la vida que Dios me ha dado
y que aun no se si me merezco,
pero que vivo como si se me fuera a escapar igual que todo.
Alguien me dijo que seria imposible cubrir esas cicatrices,
que como mordida de lobo rabioso
me harían responder ante la vida con rabia.
Me insinuaron la muerte. La mía.
Y heme aquí, resucitada.
Intentando explicarme como logre abandonar mi tumba
y encontrar los ojos bellos de quien supo rescatar las líneas de mis manos.
Entonces es cuando me hago fuerte, y vibro,
y olvido por segundos que estoy hecha de viento.
Ahora eres un ángel.
ReplyDeleteBesos.
Te comprendo al 100%
ReplyDeletePreciosa foto :D
Un cariñoso saludo.
Con la boca abierta me dejas tú. Así a sido en este texto tan lleno de vida. Sí, porque por sobre el dolor que sobrevuela cada palabra, está la fuerza que, aunque parezca en ocasiones imposible, nos da la vida.
ReplyDeleteNo sabes cómo me alegra leerte algo así y más aún que te suceda.
Besos
Ja,ja, que título tan genial has escogido. Sabes una cosa...¡cada frase de tu post de hoy me la puedo aplicar a mí! Así que gracias por pensar en voz alta. Un fuerte abrazo.
ReplyDeletequerida Adela, somos desconocidos para nosotros mismos y nos sorprendemos de lo que podemos conseguir y hasta donde podemos llegar... aquí estamos y seguimos andando...
ReplyDeletebesos