Hoy soy presa de estas calles, cada mañana avanzo por la avenida arbolada, transitada y verdosa. Trasmite paz en estos tiempos, en que todo huele a rancio.
Termina en un parque donde los gorriones no saben de cascos militares y se permiten cantar sin que nadie acalle su hermoso lenguaje.
Aunque ya no me fío de nada.
Se reflejan sobre el fondo azul de la laguna y se dispersan con sus juegos mientras me quedo intentando descifrar lo que mueve toda esa alegría. He avanzado hacia la orilla donde termina la tierra y se puede apreciar la calma de unas aguas, que guardan cada vez que me asomo un pensamiento mío más.
Allí quietas, hasta que algún barco trastoca el paisaje.
Emerjo de nuevo y camino hacia casa, intentando dar un sentido mas a este fluir de ideas vagabundas en lo que a veces, se ha convertido mi estancia en este país. El abandono de todas mis miserias a dado paso a una floreciente actitud de querer pararme frente al mundo.
Gritar que me he cansado de ser vapuleada a su antojo, y que me bajo de ese barco en el que no se halla jamás algún capitán o simplemente un timonel y mucho menos veo que se dirija a buen puerto.
Por tanto, me quedo aquí, deseando que el mundo siga si quiere sin riendas y que por una casualidad me abandone en alguna isla perdida donde no me lleguen mas las noticias de su inevitable decadencia, que yo ya tengo suficiente, con buscar entre los recuerdos perdidos de un tiempo que se niega a encontrarme.
Gracias y perdón por esta ausencia. Amanece que no es poco. Mil besos.
Este maldito mundo se nos comerá.
ReplyDeleteComo a tantos otros que nos precedieron.
Besos.
Yo también me bajo de ese tren, oscuridades camufladas por ángeles vestidos de luz, por lobos con piel de corderos, por pregoneros que engañan en sus discursos. Me subo a la barca de quien grita: "Yo soy la Verdad, el Camino y la Vida"", aunque ésta se encuentre en plena tormenta. Aquí sí hay capitán del que me fío.
ReplyDeleteUn fuerte abrazo
Después de leer el comentario de Angelo, dificil decir nada, solo que ... seguir subida en el tren es casi una temeridad...
ReplyDeleteUn abrazo fuerte.
Me encanta que hayas vuelto :D
ReplyDeleteUn cariñoso saludo.
me detengo a escasa distancia e imagino mirar esas aguas tranquilas, aunque algún barco las trastoque, siempre saben regresar a la suavidad de su oleaje... así lo deseo también para tus pensamientos, que regresen siempre a la calma y a la placidez...
ReplyDeleteun beso muy grande
¿Necesitas un descanso, Adela? Pues tómatelo, y disfruta de esos gorriones sin hacerte preguntas. A veces, hay que hacer un alto en el camino, respirar hondo y, después, seguir avanzando. Tú sabes que, a pesar de todo, merece la pena.
ReplyDeleteUn abrazo.
Qué bueno tenerte de vuelta, juntando nuestros pedazos quizás el mapa aparezca. TQM!!!
ReplyDelete¿cuántas veces uno piensa eso, de que paren el mundo, que me bajo?
ReplyDeleteSi fuera posible parar y bajarse, yo me apuntaría al descenso.
ReplyDeleteUn besito Adela
Vaya...todo mi gozo...en un pozo :(
ReplyDeleteUn cariñoso saludo...otra vez en espera.
Jesús quiso estar entre nosotros, sentirse abandonado de su Padre cuando estaba clavado en una cruz por nosotros, morir con nosotros.
ReplyDeleteY demostrarnos que después llega la resurrección. Únete a Él en su cruz y su abandono. Confía en Él y resucitarás con Él.
Me gusta lo que escribes. Te dejo un abrazo.
ReplyDeleteHay estaciones en que el tren pasa sin detenerse.
ReplyDeleteLindo leerte!
Te veo en otros blogs amigos...pero entro al tuyo y no estas...¿por que?...si escribes precioso.
ReplyDeleteAnimo y un cariñoso saludo.