De correos, regresos y viajes...

A veces en la vida necesitamos que nos den empujoncitos, de esos que nos daba nuestra madre cuando éramos pequeños y apenas empezábamos a andar. No sé si va servir de algo seguir contando historias locas, tristes, increíbles o abstractas sobre mí, lo que si se es que hoy recibí un correo de un amigo, contándome que me echaba de menos y al acabar de leer, como por arte de magia me he puesto a darle a la tecla como una descosida. Y aquí estoy de nuevo, hablando sin parar y haciendo ademanes con mis dedos.

Así es que he decidido volver a intentar rellenar este espacio abandonado que abrí tras cerrar otro y otro y otro y así hasta por lo menos tres. No quiero volver a mis tiempos de gloria, como diría un guerrero de esos que ganaron mil batallas pero sé que me hará bien deslizarme de nuevo por estos andurriales y volver a encontrarme con todos aquellos con los que un día compartí tantas cosas. Añoro esa época pero también temo volver. No sé, es una mezcla de amor-odio creo, no me hagáis mucho caso.

El otro día hablaba con Darryl, que tenía que escribir sobre nuestros viajes imaginarios a través del mundo, todavía no tenemos elegido seguro el transporte, pero creo que sería una especie de barco volador o algo así, a veces nos dan las tantas con nuestra idea de explorar el planeta entero. Solo Dios sabe porque nos mete estos pájaros en la cabeza, pero a veces hasta puedo sentir en mi frente la suave brisa marina a bordo de nuestros sueños. Sera que se cumplen? Ojala. La distancia pesa como una losa a veces. 


Pero quien dijo que los sueños van al cubo de la basura siempre, se olvidó de regarlos y sobretodo de mirar de vez en cuando por la ventana...que yo los he visto pararse enfrente de muchas personas que solo ven su propio reflejo tras el cristal.